Una empresa que aspire a competir en los mercados de hoy, deberá tener como objetivo primordial la búsqueda y aplicación de un sistema de aseguramiento de la calidad de sus productos.
Contar con ese sistema, no implica únicamente la obtención de un certificado de cumplimiento de una norma, sino que a su vez forme parte de una filosofía de trabajo que aspire a que la calidad sea un elemento presente en todas sus actividades, en todos sus ámbitos y sea un modo de trabajo y una herramienta indispensable aplicada por todos sus trabajadores.
La gestión de calidad de una empresa está basada en primer lugar, en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), que así mismo son el punto de partida para la implantación de otros sistemas de aseguramiento de la calidad como por ejemplo ISO 9000 ó HACCP (Análisis de Riesgos y Control de Puntos Críticos). |